viernes, 17 de octubre de 2008

"gallo" cumple 100 años


Hasta el 30 de noviembre, la Residencia de Estudiantes abre sus puertas para ofrecernos una interesante exposición en torno a gallo, la revista granadina fundada en 1928 por el mismísimo Federico García Lorca, junto a otras personalidades tan célebres como Salvador Dalí, que fue el encargado de dibujar el membrete para la papelería de la revista. Además de las colaboraciones de Dalí, participaron numerosos poetas de la Generación del 27 como José Bergamín, Jorge Guillén, Francisco Ayala o Melchor Fernández Almagro. Es interesante también descubrir en el segundo número un fragmento de la novela que Francisco, el hermano de Federico; nunca llegó a terminar.

Las colaboraciones de la revista abogaban por un nuevo tipo de Arte, por dejar atrás las convenciones ya caducas por las que se movían los putrefactos de Dalí. Destaca el Manifiesto Antiartístico editado en el segundo número, que causó verdadera polémica entre sus autores (Salvador Dalí, Sebastià Gasch y Lluís Montanyà) y otros célebres poetas como Pedro Salinas, al que le resultaba inadmisible. En el Manifiesto se defendían los presupuestos estéticos del antiarte, la poética de la modernidad, el maquinismo, los productos estandarizados, las artes industriales como la fotografía o el cine, la música de jazz, los deportes, etc., frente a las ideas de lo artístico y la belleza heredadas de la tradición.

La revista solo vio editados dos números, porque a pesar de proyectarse el tercero García Lorca había perdido interés, y las constantes insistencias de sus amigos en Granada para que les enviara nuevos escritos fueron en vano. Federico cosechaba por entonces el brutal éxito de su Romancero Gitano, y además se hallaba inmerso en una crisis sentimental a raíz de la relación con el escultor Emilio Aladrén. Y al verse privada del espíritu lorquiano que la mantenía a flote, la revista gallo no llegó a editar su tercer número. A pesar de ello, gozó de gran fama durante su fugaz vida, saliendo a la luz Pavo, otra revista que representaba una crítica burlesca, detrás de la cual estaba el propio Lorca. En Orihuela, el ultracatólico Ramón Sijé fundó otra réplica: El Gallo Crisis, de argumentos conservaduristas totalmente opuestos al gallo lorquiano.


Asistí a esta exposición el pasado lunes 13 de octubre, y quedé bastante admirada, puesto que no solo se exponen las ediciones de la revista gallo y los textos que en ella se incluyen, sino también numerosos manuscritos originales, cartas personales, ediciones de revistas literarias tan importantes como Mediodía o Litoral, fotografías de la época, cuadros de Picasso, Dalí, Ismael Gómez de la Serna, Manuel Ángelez Ortiz, etc.; dibujos del propio Lorca y de Dalí (sí, los famosos putrefactos en vivo y en directo)… Todo ello en un lugar que aún destila los ecos de aquellas alegres reuniones de intelectuales: los improvisados conciertos de piano de Federico, las graciosas ocurrencias de Pepín Bello, el juego de los anaglifos, la Sagrada Orden de Toledo de Luis Buñuel, el joven Dalí antes de corromperse, y tantos y tantos sueños compartidos sobre la que Juan Ramón Jiménez llamó La Colina de los Chopos.



[...] Hemos celebrado la ascensión del gallo al título de esta revista haciéndole bordar cuatro gallinas de seda rutilantes, para que su pico guste ardiente fruta de zigzag en la evocadora madrugada oscura de la imprenta. Mientras mis amigos aplaudían, yo escuchaba emocionado la sonrisa de don Alhambro, que me llegaba envuelta en el denso algodón en tronco de la sepultura.

Canta, gallo, regallo y contragallo.

Canta seguro bajo tu sombrerito de llamas, porque una de tus gallinas puede ser muy bien la gallina de los huevos de oro.



Federico García Lorca, "Historia de este gallo"