jueves, 11 de diciembre de 2008

El best-seller mató a la estrella de la Literatura


El pasado viernes 5 de diciembre se estrenó en la cartelera la película “Crepúsculo”, inspirada en la exitosa novela de Stephenie Meyer. Se trata de la primera entrega de una saga compuesta de cuatro libros: "Crepúsculo", "Luna nueva", Eclipse" y "Amanecer"; que ya se ha convertido en un auténtico fenómeno mediático, como ocurrió con la célebre saga de Harry Potter. En cuanto al argumento, se centra en una historia de amor entre Bella Swan, una adolescente independiente y solitaria, y Edward Cullen, un vampiro que se niega a alimentarse de sangre humana; todo desarrollado en un ambiente de instituto al más puro estilo norteamericano, intercalando también una trama propia de literatura fantástica.

Los que hayan tenido ocasión de asistir al cine el día del estreno se habrán encontrado con un espectáculo que casi supera al de la propia película: decenas de fervorosos fans que aprovechaban la mínima ocasión para chillar, aplaudir y demostrar su pasión por los personajes, sin el más mínimo respeto por los espectadores que intentábamos ver la proyección. Realmente, las novelas de Meyer parecían ideales para ser llevadas a la gran pantalla, pues a menudo recuerdan más al típico guión de teleserie americana que al concepto clásico de literatura.

Sin embargo, ese concepto cada día se encuentra más difuso, encontrándonos como nos encontramos en la era del best-seller. ¿Realmente se puede considerar literatura a los miles de libros escritos con el simple fin comercial, que desde su nacimiento ya van dirigidos a un público masivo?

Actualmente nos encontramos con tres grandes tendencias dentro del best-seller. La más exitosa es, sin duda alguna, la de literatura fantástica, en la que se podría incluir la saga de "Crepúsculo", "Harry Potter" y los cientos de herederos de JRR Tolkien: la trilogía de "Eragon", "Las Crónicas de Narnia", "Memorias de Idhún" e incluso la interminable saga de "Dragonlance". Esta tendencia comenzó a popularizarse cuando El Señor de los Anillos fue llevado a la gran pantalla, comenzando así una auténtica subcultura en torno al fantástico mundo de Tolkien. Principalmente, estas sagas van dirigidas a un público adolescente o juvenil, pero cada vez son más los adultos que disfrutan intensamente de ellas.

Otra gran tendencia, increíblemente arrasadora en su día y que actualmente se haya en declive, es la novela histórica-arqueológica. Los argumentos son similares: un descubrimiento que puede cambiar el rumbo de la Historia, generalmente relacionado con la religión católica, que prueba la falsedad de alguno de sus mitos más tradicionales; siendo una obra artística célebre la que pone en pista a los investigadores. Sectas antiguas, documentos secretos, iglesias famosas… Lo que comenzó con "El código Da Vinci", de Dan Brown, se acabó convirtiendo en un fenómeno social con tramas en muchos casos carentes de originalidad, y títulos tales como "El último catón", "El Club Dante", "La hermandad de la Sábana Santa", "La Biblia de Barro", "El último merovingio", "Ángeles y demonios"…

Hay un tercer tema recurrente en lo que se refiere a best-sellers, que está empezando a alcanzar su auge desde hace algunos meses. Esta última tendencia se encuentra más camuflada, más alejada de nuestra posible visión del best-seller. Tiene un componente más sensible, más romántico. El argumento gira en torno a un escritor fracasado y anónimo, o en su defecto a una obra inédita de un autor que revela su historia secreta, generalmente dramática y sorprendente. Siempre es otra persona la que va siguiendo los pasos del escritor, y a menudo las experiencias vitales de este se repiten en la vida del protagonista. Me atrevería a afirmar que fue "La sombra del viento" (Carlos Ruiz Zafón) la que abrió las puertas a estos temas, siendo seguida por "La ladrona de libros", "El cuento número trece", "El juego del ángel" (la pésima segunda parte de La sombra del viento), "El ladrón de arte"… y tantos y tantos otros, con títulos semejantes.


Se abren foros de fans de una novela, se fabrica todo tipo de productos basados en ella, la gente se disfraza de los personajes para ir al estreno de las películas, de repente todo el mundo se interesa por la Gioconda, o por la Divina Comedia, y ya hay tema de conversación para unos cuantos meses. En este panorama, quien se atreva a leer algo que no esté de moda es tachado de bicho raro o intelectual sin remedio.

No soy quién para criticar a la gente que lee best-sellers o se considera fan de alguna saga; yo misma me he leído la mayoría de los libros mencionados y me declaro Pottermaníaca al 100% (al menos, hasta que se publicó el último y frustrante libro), y sitúo "La sombra del viento" como una de mis novelas favoritas. Pero no me limito a estas lecturas, sino que abro horizontes más allá. Simplemente me entristece que grandes títulos y grandes autores sean hoy rechazados por la juventud. ¿Qué pasa con los maestros: García Lorca, Luis Cernuda, Alberti, Caballero Bonald, Unamuno, Oscar Wilde, Agatha Christie, Raymond Chandler, Patricia Highsmith, Dostoyevski, Galdós…? ¿Y qué hay de los nuevos autores que buscan encontrar un sitio en el mundo literario pero no persiguen la fórmula de fabricar libros al peso? Todos eclipsados por el best-seller.

No podemos dejarnos llevar ciegamente por las modas y olvidar el verdadero significado de la Literatura, que se remonta a siglos atrás. No podemos llamarnos a nosotros mismos lectores sin haber experimentado a los grandes, sin tener al menos una opinión –positiva o negativa- sobre su modo de escribir. Las modas pasan, y el negocio de los libros continúa su avance inexorable. Pero los grandes, los verdaderos escritores, han logrado ocupar un hueco en la Historia. Qué menos que un simple reconocimiento a su trabajo. Cuesta lo que cuesta abrir un libro.

2 comentarios:

Óscar Sejas dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo. Los llamados "best-sellers" eclipsan sobremanera a los nuevos autores y a los clásicos.

Esto lo sufrimos a diario los que intentamos crecer en el mundo literario sin más pretensión que conseguir que alguien nos lea.

Por ello me permito dar a conocer aquí, sino es molestia, dos proyectos.

El primero, es un libro auto-editado por Nacho Becerril con una selección de relatos cortos que no tienen absolutamente ningún desperdicio, personalmente creo que tiene una calidad narrativa impresionante. A veces me pregunto porqué gente con tanta calidad no está en las grandes librerias y gente sin ninguna calidad saca novelas año tras año...

Te dejo aquí el blog por si quieres más información: http://nachob-elcontadordehistorias.blogspot.com/

El segundo proyecto es uno en el que he participado personalmente junto a 11 autores más, se llama "Cuentos de un futuro incierto", son varias historias ambientadas en un posible mundo futuro donde nada fue tan malo como lo pintaban, sino peor. También tenemos una página web para más información www.cuentosdeunfuturoincierto.es

Bueno, perdón por la publicidad gratuita pero es el único modo de darnos a conocer un poco, me voy a leer a Machado que necesito perderme entre sus letras un rato.

Me ha gustado este blog, llegué a través del de Marina Casado, volveré por aquí.

Un saludo.

Óscar Sejas dijo...

Bueno...corrijo mi comentario anterior, me he dado cuenta de que Marina también participa aquí e incluso la entrada fue publicada por ella. Jajajajaja :-)

Ains que cabeza...cualquier día la pierdo.

Saludos